Defensores desde el arte de lo más autóctono de nuestra cubanía

Diseminados por toda la geografía granmense los jóvenes pertenecientes a la Brigada de Instructores de Arte “José Martí” (BJM) cultivan la cultura desde las edades más tempranas. Por el impacto de su quehacer Granma será sede del acto nacional en su décimo aniversario.

Texto y foto: Mailenys Oliva Ferrales

Sorteando no pocas adversidades, carencias materiales, parajes recónditos y complejidades del magisterio, los jóvenes granmenses pertenecientes a la Brigada de Instructores de Arte “José Martí” (BJM) arribarán el venidero 20 de octubre a su primera década de trabajo con la satisfacción de que el territorio será sede nacional de las actividades centrales por ese décimo aniversario.

Con la misión de desterrar la ignorancia de las comunidades cubanas, de encender y avivar corazones, de dar vida al arte como arma y escudo, de alimentar sueños y de ser verdaderos transformadores de realidades, los más de mil 300 miembros de esta peculiar brigada han logrado dejar, durante ese período, una importante huella en el ámbito provincial.

A propósito Radio Bayamo Digital se acerca al quehacer, los anhelos, insatisfacciones y desafíos que aún debe enfrentar la brigada, mediante un diálogo sostenido con Iván Suárez Acosta, presidente en Granma de la BJM.

Desde aquel 20 de octubre del año 2000 en que el Comandante en Jefe Fidel Castro graduara el primer ejército de Instructores de Arte (I.A) hasta la fecha, ¿cómo consideras que ha sido el camino transitado?

“En esta primera década nuestra labor pedagógica y artística ha estado signada por peculiaridades, fortalezas y debilidades, que finalmente han contribuido a que hoy nos sintamos una brigada más madura y fuerte en su quehacer, es decir, en los cuatro frentes que nos han correspondido asumir: el teatro, la danza, la música y las artes plásticas.

“También es importante para nosotros, desde el punto de vista cualitativo, valorar el camino de fructífero aunque lo hecho no nos resulte suficiente, pues sabemos que debemos continuar perfeccionando nuestra labor, esa que como bien expresó Fidel, nos define como artistas formadores de patriotas, de revolucionarios y de excelencias del arte”.

¿Crees que existen marcadas diferencias entre estas nuevas generaciones de instructores y las que la precedieron en los primeros años de la Revolución?

“Parte de la formación como aficionados en nuestra infancia y adolescencia se la debemos a ese primer grupo de I.A, cuya misión era encaminar la vocación y el talento artístico, en función de defender los valores estéticos del pueblo.

“Esta primera escuela, abierta en 1961, por carencia de recursos y condiciones objetivas tuvo que cerrar en 1969, lo que produjo la apertura de nuevos centros, pero con el periodo especial en la década de los 90 concluye la formación de I.A y no es hasta el 2000, que al calor de la Batalla de Ideas surgen las nuevas escuelas, o sea, las de esta generación. Y más que de diferencias, tenemos que hablar de continuidad, porque realmente somos los continuadores de la labor que iniciaron aquellos instructores cuando la Revolución daba sus primeros pasos.

“La función docente del actual instructor de arte no minimiza su condición como conductor de procesos de creación artística ni se contradice con su papel como activista de la promoción cultural. De hecho la conexión de esta trilogía: educador, creador y promotor es muy estrecha, aunque no deja de ser un reto para estos jóvenes el ejercer la docencia directa en el aula atendiendo a las exigencias que plantea la pedagogía actual. Darle un camino decoroso desde nuestra esencia, a la cultura del país, es ahora la misión que tenemos ambas generaciones”.

Una interrogante que siempre ha gravitado alrededor de la BJM, ¿educadores o artistas?

“Amén de esta disyuntiva, pienso que lo esencial es la consagración a las tareas, los objetivos y las funciones que nos corresponden, porque no somos solo educadores o artistas, nos caracterizamos además, por ser promotores y organizadores de la actividad cultural masiva e investigadores en los procesos socioculturales.

“Pero haciendo alusión a la interrogante, no podemos permitirnos que exista antagonía alguna entre esas dos aristas; lo fundamental está en saber desdoblarse ante esta dualidad, es decir, en el campo artístico-pedagógico. Creo también, que una correcta planificación del deber no impide en modo alguno los procesos creativos, pues entre ambos puede existir un perfecto equilibrio. Por otra parte, el Comandante siempre precisó que con las excepcionales cualidades de algunos instructores podían llegar a ser grandes artistas; sin olvidar la máxima que nos define como grandes artistas en la hermosa profesión de enseñar arte al pueblo y de proyectarnos como educadores desde el arte”.

Sin embargo, entre las frustraciones que argumentan algunos instructores predomina precisamente el hecho de no lograr materializarse como artistas…

“La proyección del I.A como creador no está limitada. Para ello la brigada ha creado los espacios en los que puede materializar su obra, y de hecho hemos constatado que por lo general el I.A creador es un buen docente, porque enseña a pintar el que sabe pintar y de igual manera ocurre con las restantes especialidades.

“Ahora, fuera del ámbito escolar existen concursos como el Festival Nacional del Instructor de Arte y el Premio Escaramujo donde pueden exponer su trabajo. Lo que sí es un tema distinto es el del I.A como profesional. Nosotros estamos definidos como profesionales encargados de enseñar arte al pueblo, pero como artista profesional es más complejo, pues debe poseer la condición de excepcional como creador y luego tiene que someterse a una prueba que lo acredite como tal.

“Claro, es cierto que el camino no ha sido el más expedito para muchos de estos jóvenes que aún cuando poseen el talento y las habilidades técnico-artísticas necesarias se les ha dificultado su aspiración. Ese continúa siendo un reto para la brigada”.

¿Qué alternativas han buscado ante la carencia de recursos para ejercer su labor?

“Sí, es una realidad que debido a la situación económica por la que transita el país ha mermado la entrega de recursos para el desarrollo de los talleres, pues no todas las escuelas cuentan con las guitarras o las grabadoras en buen estado técnico, pero muchos brigadistas han buscado alternativas para apalear esta situación haciendo, por ejemplo, maracas o una batería con una placa de radiografía para la música, o materiales desechables para el teatro.

“No obstante, debemos reconocer que no todos los instructores se han concientizado con esta realidad. Pues no todos se sensibilizan con la misión y por tanto, se sienten atados cuando no tienen lápiz y papel para dibujar, o una casete para una canción. Y aun cuando no negamos el hecho de que hay escases de los recursos, lo que sí debemos es tener presente es que el arte siempre te da opciones para crear”.

A pesar de esas dificultades para desempeñarse profesionalmente, ¿consideran que han contribuido al fortalecimiento del arte y la cultura de nuestro país?

“Las palabras de Alfredo Guevara, prestigioso intelectual de nuestro país ya fallecido, en un encuentro que sostuvo con una representación de instructores de arte, son el punto de partida. Decía que «lo fundamental de la cultura es crecer, ser cada vez más complejo, ser cada vez más profundo, ahondar en cómo ser mejor y mantenerse.»

“El camino transitado por la BJM durante esta década ha demostrado que nuestra labor ha sido sostenida en cada pedacito de la isla y con cada persona que hemos encontrado a nuestro paso, aportando al enriquecimiento y al crecimiento espiritual de nuestra sociedad. Salimos a conquistar, a conocer la realidad tal cual es y hemos actuado para transformarla.

“En ese sentido hemos trabajado con la masividad y en la formación de públicos con capacidades para la apreciación y creación artística. También ha sido prioridad para nosotros la atención a los grupos portadores de la cultura popular-tradicional así como garantizar la autenticidad de ellos. Y por otro lado, nuestra labor ha aportado a un crecimiento considerable del movimiento de artistas aficionados no solo de las escuelas, sino de las comunidades, casas de culturas, centros penitenciarios e incluso de personas de la tercera edad.

¿Cuál ha sido la estrategia de la brigada para lograr legitimar sus propuestas ante la seudo-cultura, la banalidad y la crisis de valores predominante?

“Precisamente dentro de la labor de los I.A está también cultivar valores acorde con nuestra sociedad, que en las actuales condiciones del proyecto social cubano se hace necesario consolidar en las presentes generaciones y mantenerlo como legado para las futuras. Por eso, trabajamos para la creación llena de sentido, alejando lo vacío y superficial, haciendo mayor énfasis en nuestras tradiciones, que son las auténticas.

“Nuestras intensiones van encaminadas además, a la muestra y práctica de las formas culturales cubanas y hacia la demostración de que las riquezas que poseemos son dignas de respetar y conservar ante las imposiciones de modos culturales estandarizados que excluyen la autenticidad de los pueblos”.

Granma será sede del acto nacional por su décimo aniversario, ¿qué méritos le propiciaron este reconocimiento?

“La brigada ha trabajado en este período en aras de superar los resultados de etapas anteriores y escalar peldaños hacia una fase superior que estén a la altura de estos 10 años de vida. Han sido muchas las demostraciones de entrega, consagración y compromiso por parte de los brigadistas, siendo muestra eficaz de esto los resultados alcanzados en los principales eventos que desarrolla nuestro movimiento.

“Tuvimos la participación en el Taller de Intercambio de Experiencias Científico Práctico a nivel nacional, lo que demuestra la labor científica de los brigadistas como vía para la solución de problemáticas que aún afectan escuelas y comunidades. Los proyectos sociales, culturales y comunitarios son muestra del trabajo intencionado con los diferentes grupos generacionales, así como los numerosos reconocimientos obtenidos en eventos, concursos y festivales generados por la brigada o afines con el movimiento.

Entonces ¿de qué manera se prepara la BJM en Granma para asumir la sede por los festejos de su décimo aniversario?

“Alcanzar la sede de los festejos por el 10mo Aniversario es el mayor logro de esta etapa, lo que constituye compromiso y entrega para períodos posteriores y resume lo que realmente ha sido la BJM en Granma.

“Durante este año se han estado realizando diversas actividades con motivo del 10mo Aniversario, hemos priorizado el vínculo con las Casas de Niños sin Amparo Filial, los Hogares Maternos y de Ancianos y la Escuela de Instructores de Arte que realizó su última graduación en julio pasado. Se han fortalecido las intervenciones de la Guerrilla 50 Aniversario, creando un fuerte lazo en las zonas del plan turquino y participamos en la cruzada que realiza la Televisión Serrana. Las acciones no concluirán con la celebración que se realizará en el marco de la Fiesta de la Cubanía, sino que continuarán.”

A propósito de la Fiesta de la Cubanía, este evento priorizará en su XX edición el arte joven, ¿qué papel estará desempeñando la brigada durante ese certamen?

“Entre las responsabilidades que tenemos durante la celebración está la intervención de varias de nuestras unidades artísticas en centros educacionales del territorio, la realización de un concierto “Se hace camino al andar” en la Plaza de la Revolución en vísperas del décimo aniversario, la proyección de conjunto con TV Serrana de documentales sobre el trabajo de los instructores en los lomeríos granmenses, reconocimientos y la siembra simbólica de flamboyanes en el Museo Ñico López, además de la entrega del Miembro de Honor y la Distinción Décimo Aniversario.

“También por vez primera tendremos los espacios “Coche de Fantasía” dedicado al público infantil y “Caminos” para el público adulto. En cada uno de ellos contaremos con la presencia en nuestro patio de los premios Escaramujo de las provincias Holguín, Guantánamo, Camagüey y Ciego de Ávila los que intercambiarán con proyectos del patio”.

¿Desafíos?

“Muchos. Pero ahora nuestro deber es continuar en ascenso la formación de buenos gustos, costumbres y tradiciones en aras mantener la identidad nacional y en la búsqueda de nuestra propia identidad como brigada, para lo que tenemos que ser creativos con lo que tenemos.

“También debemos fortalecer el trabajo con la comunidad para contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de la población; convertir las escuelas en las instituciones culturales más importantes de esas comunidades y estrechar vínculos con el claustro de profesores para cambiar pensamientos esquematizados de la estética. Además de ser sistemáticos en nuestra labor, alejándonos de la espontaneidad y las improvisaciones.

“Y sobre todo contribuir mediante la cultura a que las personas vivan la vida plenamente a nivel personal y social, porque como dijera Fernando Ortiz, la cultura es una necesidad, es energía”.